En su texto “La violencia en la Escuela media”, Nestor Abramovic desarrolla 4 Hipótesis:
1. En la Institución Educativa el anonimato puede producir violencia: Las Instituciones tienden a la normalización de conductas, del pensamiento. Por lo tanto, tienden a la individualización de adolescentes heterónomos, donde la autonomía es sospechada.
Estas tendencias provocan anonimato, y cuando el adolescente no es reconocido por los docentes o su grupo de pares no puede reafirmar su proyecto de identificación propia.
2. La ausencia de un sentido transformador en la actividad escolar, promueve violencia: La escuela tiende a considerar el conocimiento como algo neutral y objetivo. Cuando demanda la aceptación de la palabra adulta sin escuchar la palabra interrogante del adolescente, se obstruye el deseo de aprender; cuando enseña contenidos envejecidos y desactualizados, se empobrece a sí misma y produce empobrecimiento y aburrimiento de los alumnos.
3. La escuela que no se posiciona claramente en el lugar institucional de la ley, promueve violencia: Cuando dejamos a los adolescentes sin una legalidad institucional con la cual organizarse, les impedimos organizar su espacio en la Institución. Cada docente es el responsable Institucionalizado del código ético escolar; el adolescente debe interactuar y confrontar con varios docentes cotidianamente, y es allí donde es necesaria una coherencia normativa en el equipo institucional.
4. La cohabitación entre los actores institucionales sin una ilusión que los enlace, promueve violencia: la escuela secundaria trae consigo un cambio importante para los alumnos: ya no son niños, y deben tomar decisiones que se encuentran condicionadas por el contexto social, político y económico. De golpe, poseen una libertad limitada. La escuela a la cual asisten se encadena al pasado y se resiste a pensar que la adquisición de viejos saberes ya no basta.
Por lo tanto, no se trata de construir un nosotros anónimo, violento, sin palabras, sino de construir y reflexionar con otros. Se trata de brindar a los alumnos la posibilidad de preguntar, del asombro, para que ellos mismos construyan conocimientos y que los mismos sean significativos. Se trata de establecer contratos claros y explícitos, donde el vínculo docente- alumnos (asimétrico) requiere estabilidad y legitimidad. Y se trata, por último, de entablar juntos una ilusión que enlace, de que sean ellos mismos quienes nos pidan, nos sugieran o nos orienten en qué es lo mejor para ellos.
Fuente: Abramovic, Nestor. (1999) “La violencia en la Escuela Media” en “Construyendo un saber sobre el interior de la escuela. Frigerio, G, Poggi , M, y Korinfeld, D. Noveduc
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