El Día del Maestro es
una festividad en que se celebra a los maestros,
catedráticos, profesores y
personas que generalmente trabajan enseñando. En el caso de América, la Conferencia
Interamericana de Educación (celebrada en Panamá en 1943) recomendó celebrar
el Día Panamericano del Maestro el 11 de septiembre (fallecimiento
del educador y presidente argentino Domingo
Faustino Sarmiento).
Queremos saludar a todos
nuestros colegas que hoy festejan su día. Recordamos también a aquellos que marcaron nuestra historia y nuestra carrera, profesores memorables
como dice Mariana Maggio, que hicieron de la enseñanza una enseñanza poderosa.
Para todos ellos queremos regalarles
estas frases sobre los profesores memorables, profesores que “salvaron”.
“Estoy convencido de que si actualmente sois profesor es porque un día u otro,
durante vuestra escolarización, conocisteis a algún profesor cuya voz todavía
resuena dentro de vosotros.”(…) “Toda la vida seguimos siendo el alumno del
maestro que nos ha abierto la puerta del saber.”
Phillips Meirieu de su libro "Cartas a un jóven Profesor"
"Los profesores que me salvaron -y que hicieron de mí un profesor- no
estaban formados para hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de mi
incapacidad escolar. No perdieron el tiempo buscando sus causas ni tampoco
sermoneándome. Eran adultos enfrentados a adolescentes en peligro. Se dijeron
que era urgente. Se zambulleron. No lograron atraparme. Se zambulleron de
nuevo, día tras día, más y más... Y acabaron sacándome de allí. Y a muchos
otros conmigo. Literalmente nos repescaron. Les debemos la vida."
“Cuando la enseñanza es actual y originalmente
concebida, ayuda a pensar y a ver en perspectiva, y deja marcas que perduran.
Los maestros que nos transformaron aparen a través de reconstrucciones que
miran hacia atrás (Jackson, 2002). Los relatos de los maestros que vuelven a mi
memoria lo hacen a través de marcas en las que me reconozco como educadora.”
“Las cosas estaban claras: éste no era un método para
instruir al pueblo, era una buena nueva que debía anunciarse a los pobres:
ellos podían todo lo que puede un hombre. Bastaba con anunciarlo. Jacotot decidió
dedicarse a ello. Declaró que se puede enseñar lo que se ignora y que un padre
de familia, pobre e ignorante, puede, si está emancipado, realizar la educación
de sus hijos, sin la ayuda de ningún maestro explicador. E indicó el medio de
esta enseñanza universal: aprender alguna cosa y relacionar con ella todo el
resto según este principio: todos los hombres tienen una inteligencia igual.”