1) Cuando varias actividades apuntan al mismo objetivo, debería permitirse a los alumnos que elijan cuál realizar. Si bien esta sugerencia puede complicar el trabajo del docente, es un método poderoso para establecer la autodeterminación y la motivación intrínseca en clase.
2) Cuando los procedimientos en clase no son críticos, los alumnos deben tener opciones para decidir cómo implementarlos. Cualquier posibilidad de elección, de la amplitud que sea, contribuye a generar autonomía.
3) Siempre que sea posible, los alumnos deberían tener la oportunidad de decidir cuándo, dónde, y en qué orden han de realizar los trabajos asignados. Al enfrenarse con la posibilidad de elegir, los alumnos se ven empujados a comprometerse y este compromiso produce conductas autónomas e intrínsecamente motivadas.
4) Se debe generar un ámbito psicológicamente sano en el que los alumnos puedan arriesgarse a tomar decisiones. Los sentimientos de inseguridad y la falta de confianza en sí mismo dificulta los alumnos la posibilidad de elegir entre varias alternativas. Proteger a los alumnos del ridículo y de la crítica de otros y recordares que los errores son parte natural y necesaria del proceso de aprendizaje puede ayudar a crear un ámbito psicológicamente sano en la clase.
5) Cuando es necesario restringir o limitar el comportamiento de los alumnos es aconsejable explicar con claridad las razones lógicas que obligan a establecer esos límites. “porque yo lo digo” no es una buena razón.
6) Cuando es necesario restringir o limitar el comportamiento de los alumnos se deberían reconocer los propios sentimientos en conflicto, entonces los alumnos sentirán que el docente los comprende.
7) Cuando es necesario restringir o limitar el comportamiento de los alumnos deberían utilizarse los controles mínimos necesarios. Cuando se presenta la necesidad de establecer controles externos, usar el mínimo posible ayudará al docente a lograr sus objetivos y aumentará la probabilidad de que los alumnos internalicen la necesidad de la restricción.
8) Cuando el comportamiento de algunos dificulta el proceso de enseñanza pueden usarse consecuencias lógicas en lugar de castigos. Las consecuencias lógicas ponen de manifiesto la realidad del orden social en lugar del poder personal del docente, por ello es probable que aumenten el sentido de autonomía ayudando a los alumnos a asumir la responsabilidad de su conducta. El castigo , en cambio, pone la responsabilidad en el docente.
9) Siempre que sea posible, debería alentarse a los alumnos a desarrollar la capacidad de proponerse metas individuales para definir, monitorear y lograr objetivos propios. Ayudar a los alumnos a verbalizar y afirmar metas realistas aumenta la motivación intrínseca porque pone en sus manos el control de sus aspiraciones y comportamientos.
10) Es necesario evitar establecer juicios por las acciones de los alumnos (correcto, errado, bueno, malo) en cambio, la responsabilidad de los alumnos debería ser consecuencia de sus elecciones. Los alumnos aprenden a evaluar alternativas cuando se sienten responsables de las consecuencias de sus elecciones y no cuando son juzgados o etiquetados.
Raffini, James “150 maneras de incrementar la motivación en la clase” Ed. Troquel 1996.- Buenos Aires
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